La dislexia es un trastorno del aprendizaje que supone la dificultad para leer a raíz de problemas para identificar los sonidos del habla y para comprender cómo estos se relacionan con las letras y las palabras (decodificación). La dislexia, que también se denomina «dificultad de lectura», afecta zonas del cerebro que procesan el lenguaje. Las personas con dislexia tienen una inteligencia normal y, por lo general, también una visión normal. La mayor parte de los niños con dislexia puede tener éxito en la escuela con la ayuda de un tutor o de un programa de enseñanza especializado. El apoyo emocional también juega un papel importante. Aunque la dislexia no tiene cura, la evaluación e intervención tempranas producen los mejores resultados. En ocasiones, la dislexia no se diagnostica durante años y permanece sin ser identificada hasta la adultez, pero nunca es tarde para buscar ayuda.

El niño hace una lectura visual y deduce en vez de leer. Por ejemplo, puede leer “casa” en vez de “caso” o “lobo” en vez de “lopo”. Los niños con este tipo de dislexia pueden leer las palabras familiares, pero les resulta difícil leer palabras desconocidas, palabras largas o pseudopalabras. Los niños y adultos con dislexia pueden presentar algunos de estos síntomas: Dificultad para leer oraciones o palabras sencillas. Suelen presentarse problema frecuentes con palabras cortas como del o por. Copian las palabras mal aunque están mirando cómo se escriben. La dislexia es una discapacidad del aprendizaje en lectura. Las personas con dislexia tienen dificultad para leer con fluidez y sin errores. También pueden tener dificultades con la comprensión lectora, la ortografía y la escritura. Estas dificultades no están relacionadas con la inteligencia del individuo. La dislexia es un tipo de discapacidad de aprendizaje. Existen varios tipos de discapacidades de aprendizaje; la dislexia es el término que se utiliza cuando una persona tiene dificultades para leer, si bien es lo suficientemente inteligente y motivada para aprender.

 

Como padres, podemos ayudar a tratar la dislexia siguiendo estos consejos:

  1. Detectar cuál es la dificultad concreta del niño.
  2. Trabajar junto a él en actividades específicas para su dificultad.
  3. Utilizar el juego como herramienta de trabajo.
  4. No presionar en exceso al niño.
  5. Mantener la motivación.

Antes de la escuela

Los signos que indican que un niño pequeño podría estar en riesgo de tener dislexia comprenden:

  • Tardar en comenzar a hablar
  • Aprender palabras nuevas a un ritmo lento
  • Problemas para formar palabras adecuadamente, como invertir los sonidos de las palabras o confundir palabras que suenan de forma parecida
  • Problemas para recordar o decir el nombre de las letras, los números y los colores
  • Dificultad para aprender canciones infantiles o jugar juegos de rimas

Edad escolar

Una vez que tu hijo esté en la escuela, es posible que los signos y síntomas de la dislexia se hagan más visibles, entre ellos:

  • Un nivel de lectura muy por debajo del que se espera para la edad
  • Problemas para procesar y comprender lo que escucha
  • Dificultad para encontrar la palabra correcta o formular respuestas a preguntas
  • Problemas para recordar secuencias de cosas
  • Dificultad para ver (y ocasionalmente escuchar) similitudes y diferencias entre letras y palabras
  • Incapacidad para pronunciar una palabra desconocida
  • Dificultad para deletrear
  • Tardar más tiempo del habitual en completar tareas que conllevan leer o escribir
  • Evitar actividades que conllevan leer
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